Ya sabemos que cuando se trata de comida, es difícil resistirse y decir que no, sobre todo si su sabor es delicioso e irresistible. Lo que muchos no saben es que en realidad aquellos que dicen qué es bueno y qué es malo para nuestro organismo podrían estar equivocados, ya que lo que podría considerarse “malo o no saludable” para una persona podría significar todo lo contrario para otra persona.
Hay que entender que hay ciertos cuerpos que pueden reaccionar de una manera u otra a diferentes alimentos y es por esto que este proceso, se podría decir es casi singular. Por ejemplo, mucho se ha oído decir sobre el mal digestivo que producen los lácteos y el gluten llegando incluso a provocar dolor de cabeza o estomacal a aquel que lo ingiera. Sabiendo esto, cada persona debería de añadir a su dieta lo que sea aceptado por su organismo e intentar evitar productos a los que no reaccionen bien. En este caso hablamos de alimentos que no aporten valores nutricionales positivos o en el peor de los casos, que dañen la salud.
¿Qué alimentos evitar?
Vamos a aclarar qué alimentos son saludables y cuáles no tanto. Dependiendo de la intención de tu dieta ya sea por alergias, preventivas o por pérdida de peso… deberían adecuarse de manera que sean eficientes para llegar a lograr su objetivo. En este artículo nos vamos a centrar primordialmente en resaltar alternativas saludables (dentro de la medida de lo posible) para poder sustituir alimentos que de primeras no son saludables, a pesar de que muchas personas las consuman moderadamente en ocasiones especiales y que por ello mismo no representen un daño permanente a la salud.
Intenta pensar en tu comida estrella, esa que siempre repites por defecto… Seguro que hay una razón por la cual siempre piensas en ella, ¿no crees? Pero… la pregunta es: ¿Sabes qué hay realmente en ella? ¿Alguna vez te lo has planteado?
Por ejemplo, ¿qué hay de esa crema que añades a tu café mañanero?; ¿O los noodles instantáneos en bote?; ¿Y las comidas preparadas en dos minutos del microondas que hacen que no tengas que perder el tiempo cocinando?… ¿Qué hay envuelto en todas esas comidas rápidas y “deliciosas”?
Desafortunadamente, todos estos productos que se venden o promocionan casi como “comidas milagrosas” debido a que no necesitan a penas preparación y son “buenas para tu salud” están llenas de mensajes engañosos puesto que están repletas de grasas no saludables e ingredientes que lejos están de ser naturales, además de llevar muchos tipos de conservantes innecesarios que son dañinos para la salud.
¿Qué alimentos tienen un impacto negativo en nuestro organismo? Pues por ejemplo los bocadillos envasados que se venden ya preparados con distintos ingredientes o cualquier otro tipo de comida rápida envasada que ocasionalmente se puede ingerir debido a la falta de tiempo para preparar comidas. Estos alimentos aportan mucha grasa innecesaria que se adhiere a tus músculos y luego parece casi imposible eliminarla. Además de las grasas saturadas, el segundo problema de este tipo de comidas es que están repletos de químicos dañinos como los conservantes que a largo plazo provocarían problemas cardiovasculares, diabetes o incluso cáncer.
Margarina
¿De qué está hecha la margarina?
La margarina generalmente, quiere ser un sustituto de la mantequilla. Este producto tan utilizado en la repostería por ejemplo, contiene una gran cantidad de aceites vegetales, muchas veces el aceite de palma puede estar presente en esta mezcla y esto puede ser dañino puesto que el aceite de palma tiene un alto contenido en grasas saturadas y además puede causar inflamación. Se dice que la margarina puede ser más saludable para las personas que sufren problemas de corazón, ya que ayudaría a reducir el colesterol, sustituyendo las grasas poliinsaturadas por las grasas saturadas.
Los aceites vegetales son de estado líquido a temperatura ambiente así que para crear una solidificación de los aceites, los químicos profesionales alimenticios les aplican un proceso llamado “hidrogenación” para cambiar la estructura química de los aceites y así lograr endurecerlos, como por ejemplo los aceites vegetales en la margarina. Este proceso químico eleva los niveles de grasa saturada con lo cual, no creemos que sea especialmente una alternativa demasiado saludable al haber pasado por tanta manipulación química.
Nuestra propuesta sería sustituir la margarina por aceite de oliva, así se conseguiría un resultado más saludable para tu corazón y tu organismo. Eso sí, ¡ojo! Siempre usando correctas medidas pues solo una cucharada contiene 120 calorías.
Refrescos o bebidas carbonatadas
¿Qué es lo que comparten las bebidas gaseosas dietéticas favoritas en su interior? ¡Correcto! Colores artificiales y azúcares falsos que no hacen ningún bien a tu figura. Vayamos un poco más allá para conocer qué hay exactamente dentro de estas bebidas que nos encantan.
La gran mayoría de estas bebidas tienen un componente llamado “aspartamo” que es un edulcorante artificial que en principio se creo para ayudar a perder peso ya que potenciaría el sabor de productos insípidos. Recientemente se ha descubierto que a pesar de lo que creíamos, este edulcorante tendría el efecto contrario y por lo tanto ayudaría a incrementar el peso. Pero… ¿Cómo es esto?
El aspartamo ayudaría a elevar los niveles de glucosa y sobrecarga en el hígado por lo tanto este exceso acabaría convirtiéndose en grasa, según un estudio de fisiología aplicada, nutrición y metabolismo.
El resultado que se obtiene en cuanto a la ingesta de calorías al beber una bebida “dietética” o “normal” sería básicamente el mismo. Solo que nos engañamos haciéndonos creer que nuestro cuerpo siente el sabor dulce de la bebida sin tener la misma cantidad de calorías que proporciona este tipo de refrescos.
Muchas personas “compensarían” las calorías no malgastadas en estas bebidas dietéticas consumiendo otro tipo de alimentos durante el día.
Nuestra recomendación es optar por otras alternativas más saludables, la reina de todas ellas sería el agua que es la que más hidratación y minerales aporta de todas las bebidas pero si estás cansado de beber “insípida agua” entonces te recomendamos que pruebes con tés de diferentes sabores o una taza de café.
Panes de harina blanca
Podría ser que el pan que estuvieses apunto de ingerir tenga harina de trigo, lo cual hasta ahí bien, pero si sigues leyendo y ves que esa harina “está blanqueada” es probable que el pan lleve consigo productos químicos que no hagan ningún bien a nuestro organismo. Para hacer que la masa de pan sea más esponjosa muchos fabricantes usan un producto químico llamado azodicarbonamida, este término es posible que lo hayas escuchado también como “esterilla de yoga”. Parece ser que una de las cadenas más populares de comida envasada como Subway habría hecho un uso no muy transparente de este ingrediente. Este componente que se añade a las harinas no haría ningún bien a nuestro cuerpo pues al descomponer sus productos químicos (después de ser horneados) podrían convertirse en productos cancerígenos a la hora de ser ingeridos.
Lo más recomendable a la hora de comer productos que lleven harina o panes integrales es fijarse que no lleven químicos blanqueadores. El pan en comparación con otros alimentos como por ejemplo las frutas y las verduras no aporta valores nutricionales tan positivos. El pan es alto en calorías y su fuente principal son los carbohidratos (que acaban convirtiéndose en azúcar) y es bajo en proteínas, fibras y vitaminas, pero dependiendo del perfil de los diferentes tipos de pan esto puede variar.
Zumos de Fruta
¿Cómo puede ser que fruta sin fibra con jarabe de maíz alto en fructosa sea natural y saludable? El zumo de frutas 100% natural siempre debería ser una opción más sana que las bebidas con alto contenido de fructosa como por ejemplo Sunny D, o por ejemplo el zumo de uva natural de Welch’s (el cual contiene 36 gramos de azúcar por taza) que sería la misma cantidad de azúcar que obtendríamos si juntamos cuatro donuts industriales, los licuamos y nos lo bebemos.
A pesar de que este azúcar sea natural, el cuerpo lo trata de la misma manera que cualquier otro azúcar, por lo tanto, tan sano no puede ser. Además, el azúcar que proviene de la fructosa que se asocia a la formación del tejido adiposo visceral en personas con sobrepeso no estaría ayudando en absoluto a la eliminación de grasas innecesaria, según un estudio publicado en el Journal of Clinical Investigation.
Una buena alternativa a todo esto sería cortar en rodajas fruta fresca como, por ejemplo, manzanas o piña añadir agua y crear tu propia bebida de frutas que siempre sería más saludable que un refresco azucarado.
Muchas organizaciones de la salud han intentado concienciar a las personas para que eviten la ingesta de bebidas azucaradas e incluso varios países han subido los impuestos de estas bebidas para evitar que se comercialicen tanto. Sin embargo, muchas personas prefieren pensar que es una alternativa más saludable a las bebidas gaseosas azucaradas y por ello no reducen su consumo.
Atún
El atún es un pez rojo de agua salada que se conoce y se consume en todo el mundo. Tiene unos valores nutricionales estupendos, es alto en proteínas, ácidos grasos omega-3 y vitaminas B. La desventaja que tiene el atún es que puede contener niveles altos de mercurio… ¿Cómo es esto posible? Algunos procesos naturales como las erupciones volcánicas o la actividad industrial como por ejemplo la quema del carbón irradian mercurio a la atmósfera y/o al océano y de ahí es transmitido a la vida marina.
Habría que consumir atún de manera moderada pues el mercurio podría provocar problemas de salud serios. El mercurio es una sustancia química que se usa para diferentes procesos energéticos y debería quedarse ahí para no traspasar a ser parte de nuestra alimentación puesto que es totalmente innecesaria y dañina.
Miel pura
Podrás ver a menudo cómo la miel se comercializa como una alternativa saludable a la azúcar blanca. Una de las razones por las cuales esto es así es por su alto contenido en antioxidantes y por los beneficios que puede aportar a la salud. Aun así, hay muchos que no creen que la miel sea tan saludable, sino que funcionaría más bien como una alternativa para los paladares más dulzones. Las grandes desventajas de la miel serían su alto contenido en azúcares y su potencial de contaminación en variedades no pasteurizadas.
Si optas por agregar la miel a tu dieta, úsala con moderación ya que una cucharada contiene 64 kcal, siendo así una cantidad más elevada que la del azúcar con 49 kcal por cucharada. Además de esto, hay que evitar el consumo de miel en bebés menores de doce meses pues las esporas bacterianas de la miel pueden causar botulismo infantil, enfermedad que podría llegar a ser mortal.
Bebidas energéticas
Nuestra imaginación no puede alcanzar a descifrar la cantidad de quemadores de alcohol que se necesitaron para dar con la fórmula de las bebidas energéticas que hoy podemos encontrar en todos lados. Estas bebidas con sabor a jarabe son cócteles químicos donde la cafeína y el azúcar (o edulcorantes artificiales) van a la par en cantidades añadidas.
¿Qué sabemos sobre estas bebidas? Un estudio de la Universidad de Maryland revela que estas bebidas son 11% más corrosivas para los dientes que los refrescos más consumidos, pero esto no solo se queda aquí, también descubrimos gracias a un trabajador de la construcción de 50 años que abusar de su consumo puede provocar daños irreparables a la salud de su hígado llegando incluso a destruirlo. Sus exámenes revelaron que el consumo de 4 a 5 botellas diarias durante tres semanas le provocaron la aparición de hepatitis aguda.
Nosotros recomendamos como alternativa a estos productos, bebidas como el té verde que es totalmente natural y además es una gran fuente de energía.
Carne procesada
Las carnes procesadas podrían ser de los más peligrosos para nuestra salud. No solo porque están hechos de carnes rojas con altos contenidos de grasas saturadas y compuestos que provocan inflamación (que aparecen al procesar estas carnes ya que pasan de ser secadas a ahumadas en altas temperaturas). Además de eso los nitratos y nitritos en las carnes curadas podrían llegar a convertirse en nitrosaminas cancerígenas cuando son expuestas a altas temperaturas que precisamente son de la única forma en que se pueden cocinar para poder ser ingeridas.
Los fabricantes de estas carnes procesadas tienen un límite en la cantidad de nitritos que pueden usar y están obligados a añadir antioxidantes como por ejemplo vitamina C, que ayuda a inhibir la formación de la nitrosamina. Un estudio revela que las carnes procesadas gracias a esta medida tienen un 80% menos de nitritos que anteriormente, pero si queremos encontrar una alternativa aún mejor se recomendaría la compra de carnes no curadas que no uses nitritos sino solo sal además de cocinar a fuego lento y bajo. La carne procesada se ha modificado a través de diferentes procesos para poder preservar mejor el sabor como, por ejemplo: salazón, ahumado, curado…
Cereales de desayuno
El azúcar es el principal enemigo de nuestro cuerpo. Un consumo excesivo del polvo mágico puede adentrarnos en una enfermedad tan grave como lo es la obesidad que, a su vez causa otros problemas de salud como por ejemplo la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.
El problema que conlleva el consumo regular de estos “cereales” es que el componente que más comparten son los azúcares, es tan elevado que incluso tienen más azúcares que otros productos de repostería industrial. Por si fuera poco, mucho de los cereales más comercializados y consumidos están mezclados con Butylated Hydroxytoluene (BHT) o BHA (Butylated Hydroxyanisole), ingredientes que están prohibidos su circulación en países como Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Japón y gran parte de Europa ya que se dice que son cancerígenos. Por otro lado, también vemos otros cereales que vemos que se ofertan como “saludables” que en realidad componen el mismo o más azúcar que el resto. Estos alimentos estarían fomentando en muchas personas enfermedades crónicas y además muchas personas lo estarían consumiendo de manera desmesurada. Los cereales que se venden para el desayuno estarían repletos azúcares que provienen de alimentos procesados que no aportarían ningún valor nutricional positivo a nuestro organismo.
La Sal
La sal es un producto que todas las personas tienen en su despensa y que la usamos para sazonar todo tipo de alimentos. Además de ayudar a aumentar el sabor de muchos alimentos también ayudaría a detener el crecimiento de bacterias actuando así, como conservante.
En los últimos años se ha descubierto que la sal podría ser la responsable de la aparición como la presión arterial alta, enfermedades del corazón o incluso de cáncer de estómago.
La directrices dietéticas que el gobierno de los EE.UU aconseja a sus ciudadanos es de reducir la ingesta de sodio a menos de 2,300 mg diario. La sal es solo el 40% del sodio y esta cantidad sería igual a una cucharadita que contendría 6 gramos.
La sal puede afectar a las personas de varias maneras y no tendría por qué ser la responsable de por ejemplo, enfermedades cardiovasculares.
Además de la sal, la pimienta por ejemplo es un condimento natural que podría servir como alternativa a la sal para potenciar el sabor de tus platos y así conseguir un resultado más saludable.
Productos sin grasas
A veces “sin grasa” puede significar para nosotros, insípido. Para poder combatir esto y conseguir mejores resultados en cuanto al gusto, los fabricantes de alimentos añaden otros ingredientes como: azúcares, harinas, sal… Lo cual elevaría las kcal en estos alimentos y además al ser menos satisfactorios provocarían una mayor ingesta del mismo para poder alcanzar ese sentimiento de satisfacción.
Cuando se trata de salud, habría que sustituir “grasas saludables” por “sin grasa” puesto que sería más importante qué tipo de grasa se come más que la cantidad de la misma.
Si nuestro objetivo es perder peso habría que reducir la ingesta de calorías que consumimos y a pesar de que “sin grasa” puede sonar saludable podría también ser la opción menos conveniente ya que las grasas tienen muchas más calorías que las proteínas o los carbohidratos. Ese hecho podría llevarnos a pensar que si comemos alimentos bajos en grasas, ganaremos menos calorías pero este pensamiento sería totalmente erróneo puesto que podríamos estar reemplazando las calorías que vendrían de las grasas por otras, es decir que en lugar de comer 200 kcal de crema agria podríamos comer solo 50kcal y luego añadir 150 kcal adicionales de patatas horneadas o por ejemplo un helado, entonces esto ya boicotearía nuestra intención de consumir menos calorías. Muchos de los alimentos a los que se les ha reducido la grasa se les han añadido muchos otros así que realmente habría que vigilar muy de cerca las grasas que queremos ingerir.
Productos enlatados
¿Qué es tan adictivo en los alimentos enlatados? Primordialmente podría ser que su precio es relativamente bajo además de que los fabricantes añaden cantidades de sal, llegando a incluso contener los 1000 mg. Lo cual excedería la cantidad de ingesta diaria que se recomienda (a veces incluso llegando a doblarse).
Al ingerir estos alimentos el cuerpo siente una sensación falsa de saciedad y al inundar nuestros cuerpos con sodio, nuestros riñones podrían sobrecargarse y sufrir sus daños. El sodio (en exceso) va hacia la sangre, atrae el agua y así se produciría retención de líquidos e hinchazón. Lo cual no solo te mostrará en la váscula un aumento de peso, sino que además te perjudicará en tu día a día.
Fíjate en las etiquetas de las marcas de sopas enlatadas o productos que se le añaden a las sopas para tener una idea más clara de que es saludable y que no lo es.
Pastillas para caldo
Algunos de los ingredientes que forman el compuesto de las pastillas de caldo que usamos para condimentar nuestras sopas llevarían: Aceite de palma, colorante caramelo, amarillo 5 y amarillo 6.
Un metaanálisis descubrió que el aceite de palma es una grasa que aumenta significativamente la lipoproteína de baja densidad o mal colesterol si lo comparamos con otros aceites con bajo contenido de grasas saturadas. Por otro lado, el color caramelo está contaminado con productos cancerígenos y colorantes artificiales que pueden ser perjudiciales para la actividad y la atención en los niños, así que antes de plantearse comprar estos productos deberíamos tener en cuenta toda esta información que no es compartida con el consumidor abiertamente.
Si quiere saber más sobre otros artículos que debería evitar añadir en sus ollas, consulte estos otros 20 peores ingredientes para bajar de peso: Aceite de palma, color caramelo, amarillo 5, amarillo 6…
La mejor solución a este problema sería considerar utilizar un caldo orgánico o un caldo de pollo natural.
Queso crema
El queso crema es un producto sano en sí, pero cuando se utiliza para la repostería y pasteles puede elevar sus niveles de azúcares y grasas desorbitadamente. Las tartas de queso tienen cantidad de grasas y azúcares y sodio, pero si se consigue elaborar una tarta de queso con ciertas instrucciones en cuanto a las cantidades que se deben añadir de los diferentes productos podría conseguir una tarta en su medida, saludable.
Si nos paramos a observar un menú de dulces, las conocidas tartas “Cheesecake” tienen unas 830 kcal (con 58 gr de grasas) en cambio otras opciones de postres podrían incluir hasta 1000 kcal.
Por lo tanto, nuestra recomendación sería que probaras a crear tu propia tarta de queso en casa (en internet se pueden encontrar múltiples recetas) y así pudieras conseguir un resultado casero y saludable para cuando el cuerpo te pida algo dulce.
Si estás preocupado por las kcal que el queso crema puede aportar a tu cuerpo entonces te recomendamos una opción mucho más light. Un buen sustituto del queso crema sería el yogurt griego, el cual aportaría más proteínas y le daría una consistencia a la tarta más espesa y cremosa. Si añades además trocitos de tus frutas favoritas, conseguirás un resultado natural y delicioso.
Bebidas alcoholicas
A pesar de que muchos los crean, un cóctel que lleve frutas no es necesariamente más sano que un margarita. Incluso debido a la cantidad de jarabe de maíz alto en fructosa que hay en estas frutas carentes de fibra el resultado podría ser aún peor.
Si realmente estás buscando una opción saludable te recomendaríamos que tan solo tomaras fruta ya que además, el empaquetado de muchos tipos de cócteles de frutas se ha relacionado con problemas endocrinos y de obesidad. Por eso comer fruta tal y como ya viene sería siempre una mejor opción, pues no está cargada de azúcares añadidos y no ha estado envasada en plástico en un refrigerador durante un largo tiempo.
Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol puede tener numerosos efectos negativos en la salud de nuestro cerebro. El etanol por ejemplo, reduce la comunicación entre las células cerebrales lo cual provoca como efecto a corto plazo evocarte al estado de embriaguez (o más comúnmente dicho, estar borracho). Un consumo no responsable de alcohol podría incluso provocar un “apagón”, fenómeno donde ocurriría la pérdida de memoria o amnesia, durante un episodio de consumo. Estos efectos son temporales pero el abuso crónico de alcohol podría causar daños cerebrales irreparables que normalmente conducen a un deterioro en la función cerebral.
Alimentos fritos o rebozados
Cuando hablamos de alimentos saludables, estamos seguros de que nunca podrías imaginar productos como: Pollo frito, calamares fritos o chicharrones…
Estos productos están caracterizados por tener un alto contenido en grasas y calorías. Estos alimentos al estar fritos hacen que lleven consigo altas cargas de niveles de productos inflamatorios de glicación avanzada o AGE. Esto sucede cuando productos de origen animal son cocinados a altas temperaturas. Según los expertos: “la exposición sostenida a- erosiona gradualmente las defensas nativas, preparando el escenario para anormalmente alto [estrés oxidativo] e inflamación, los precursores de la enfermedad”. Para nuestra suerte, estos investigadores descubrieron que cuando las personas de mayor edad dejan de ingerir estos alimentos procesados y en fritura, los marcadores de inflamación en sus cuerpos decrecen. Por lo tanto, aprendemos que siempre sería una alternativa más saludable, cocinar nuestros alimentos a la parrilla o al horno.
Bollería industrial
Todos soñamos con desayunos donde podemos ver cruasanes, donuts, napolitas… Su sabor es simplemente delicioso. El problema es que si se abusa de estas pequeñas (e hipercalóricas) delicias es muy probable que no consigas poder abrocharte tus jeans favoritos de nuevo.
Un cruasán de mantequilla tiene 19 gr de grasa (26% del valor diario), 360 kcal y 9 gr de grasas saturadas (41% del valor diario) y es algo que probablemente haya comido tan solo a las 9 am. Por no mencionar los cruasanes de chocolate los cuales superan los 16 gr de grasas saturadas por el hojaldre (lo cual serie el 80% del valor diario de consumo). Pero no solo el cruasán tiene estos valores tan poco positivos, también los donuts contienen 11 gr de grasas de los cuales 5 están saturadas…Una simple “inocente” galleta con chispas de chocolate tendría 2,4 gr de grasa saturada…Nuestra recomendación para un buen desayuno sería sustituir la bollería industrial por avena, (la cual contiene mucha fibra) si además le añades un poco de fruta, tendrás un resultado equilibrado y saludable.
Palomitas de maíz
Según la Junta de Palomitas de maíz, consumimos 16 mil millones de cuartos de palomitas de maíz cada año. Una de las últimas investigaciones sobre las palomitas de maíz nos muestra que este producto podría ser especialmente peligroso dependiendo de cómo sea consumido y por quién.
El maíz es un grano integral natural, por lo tanto esto no es ningún indicio de “mal alimento” de hecho se dice que el maíz podría ser uno de los alimentos más saludables del mundo y es categorizado como “superalimento”. Además, se sabe que el casco de las palomitas de maíz es una rica fuente de polifenoles antioxidantes que ayudarían a preservar las células. ¿Entonces que es lo que podría ser tan dañino en ellas? Al parecer, el consumo de palomitas de maíz contiene su riesgo en posibles reacciones alérgicas graves que algunas personas podrían sufrir, el cual llevaría a un peligro de asfixia (especialmente en niños menores de tres años) según la Academia Estadounidense de Pediatría. Y no solo eso sino que este alimento también, podría generar riesgos gastrointestinales en personas que requieren de una dieta baja en residuos o en fibras.
Chocolate blanco
¿En qué se diferencia el chocolate blanco del chocolate con leche o negro? Pues bien, parece ser que el chocolate blanco en lugar de estar hecho con cacao en polvo o frijoles (como otros chocolates), está hecho con manteca de cacao así que el chocolate blanco sería una grasa vegetal amarillenta que proviene de un grano de cacao que en realidad no es chocolate.
¿Por qué comprar “falso chocolate” cuando puedes adquirir chocolate real? El “chocolate” blanco no contiene sólidos de cacao mientras que el chocolate con leche contiene aproximadamente del 30% a 40% de cacao y el chocolate negro del 55% al 89%. Lo ideal sería adquirir la mayor cantidad de cacao pues este es el ingrediente estrella y más puro del chocolate. Entendido de esta manera, el chocolate blanco se quedaría con un 60% de azúcar, el chocolate con leche tendría un 30% y el negro alrededor de un 26% pero con mayor cantidad de antioxidantes.
El buen chocolate blanco, en realidad no existe y si existiera entonces no es blanco ya que si su color es demasiado blanco significa que la manteca de cacao no se utilizó (es amarillento, marfil). Otras marcas optan por sustituir la manteca de cacao por aceites vegetales u otras grasas añadiendo después colorantes artificiales. Por lo tanto, si quieres comer chocolate te recomendamos que compres chocolate verdadero.
Salsas
Muchas de las comidas que preparamos contienen salsas que ayudan a mejorar el sabor de las comidas y además aportan otros nutrientes positivos para nuestra salud. Pero cuando hablamos de salsas tenemos que ser particularmente selectivos ya que muchas de las salsas que podemos encontrar en la despensa de nuestros supermercados pueden tener ingredientes poco saludables como por ejemplo: aditivos artificiales, grandes cantidades de sal, azúcares innecesarios…
Las salsas que nos interesan consumir serían bajas en azúcares y altas en proteínas, grasas saludables y fibras.
Cada plato exige su salsa particular y tenemos muchas donde elegir ya sea: salsa de tomate, soja, teriyaki, césar, champiñones, picante, quesos y un largo etc… Pero alguna vez te has parado a pensar ¿cuántas calorías de más estamos añadiendo a nuestro plato al añadir estas salsas ya preparadas?
Nuestra recomendación sería siempre intentar crear tu propia salsa en casa hecha con ingredientes naturales y sanos. Controlando siempre las porciones de sales y aceites que añadiríamos.
Pizzas congeladas
Preparar una pizza congelada en el horno puede ahorrar mucho dinero y tiempo, pero también estaríamos introduciendo en nuestro cuerpo altas cantidades de sodio y aditivos alimentarios que son totalmente innecesarios y poco saludables para nuestra alimentación. La pizza clásica margarita por ejemplo, tiene ingredientes como el clorhidrato de L-cisteína (una sal para tratar sobredosis) y sulfato de amonio (un fertilizante de césped de uso común) y más 720 mg de sodio por porción. La pizza con pepperoni de la marca Tombstone contiene BHT y BHA, así que realmente no importa qué marca estés comprando todas añaden ingredientes terribles para la salud.
Por lo tanto, siempre sería una mejor alternativa preparar tu propia pizza en casa, así estarías asegurándote de no ingerir ninguno de estos ingredientes casi “venenosos”. La pizza casera ideal estaría hecha con masa integral, una salsa marinada baja en sodio, un poco de queso y otros añadidos bajos en calorías como por ejemplo verduras.
Se descubrió que alimentos de producción industrial como pizzas, wraps, panecillos, migas de pan, bagels… en sus masas había ingredientes cancerígenos que provocaban tumores en ratas y se entendió que ingredientes como el bromato son un “probable cancerígeno humano” también se ha podido reconocer como causante de insuficiencias renales o deterioro celular.
Arroz
El arroz con brócoli precocinado está lleno de diglicéridos, un emulsionante que contiene pequeñas cantidades de grasas trans además también se encuentra en su receta la inclusión de sólidos de jarabe de maíz que es un edulcorante que se encuentra normalmente en los postres, imaginamos que se añade a esta receta para aportar un toque dulce y más adictivo. Nuestra recomendación sería evitar este tipo de comidas y sustituirlas por arroz integral que se puede preparar en casa y tiene una fuente positiva de almidón resistente que se relaciona con mejoras en las bacterias intestinales lo cual podría reducir el riesgo de diabetes y obesidad. Si eres de esas personas que les cuesta comer arroz sin sazonar, intenta agregar entonces algunos ingredientes saludables como por ejemplo un poco de aceite de oliva, ajo o verduras que aceleren el metabolismo o algunas especias deliciosas como por ejemplo: salvia, albahaca, orégano, rosmarí…
Café
¿Cuál es el problema con la crema de café preparada? ¡Que no hay crema! Los principales tres ingredientes para crear esta crema son: agua, azúcar y aceita de soja… ¿Estás seguro de que quieres añadir esto a tu primer café de la mañana? Porque esto no solo se queda aquí, muchas de las cremas de café pueden contener también aditivos sintéticos como mono y diglicéridos.
Si lo que estás buscando es un toque de sabor para tu café, la leche de vaca siempre le dará ese toque dulzón pero si necesitas un pequeño aliciente, entonces te recomendamos que pruebes cremas a base de plantas para darle un toque más divertido a tu café. Hay muchas variedades donde poder elegir y tienen muchas menos kcal que las cremas típicas.
Por otro lado, también podemos encontrar bebidas de café embotelladas. Estas bebidas tan dulces y poco saludables están cargadas de azúcares añadidos que lejos están de ser saludables puesto que normalmente incluyen más del mínimo que se debería tomar por día. Estas bebidas no ofrecen a su público nada positivo, más cafeína y azúcares en cantidades desorbitadas.
Nuestra recomendación sería que se optara siempre por un café de origen natural y se evitara el consumo de este tipo de bebidas que son bombas de azúcar.
Leche
La leche de vaca es un alimento popular entre las personas desde siempre. Pero estudios recientes han desvelado que su consumo podría tener efectos negativos en el organismo de las personas que la consuman. Por otro lado, tenemos otro estudio que revela beneficios en la salud gracias a los lácteos. Entonces, ¿a quién nos creemos? Conozcamos cuáles son los pros y los contras de la leche:
Un estudio descubrió que los adolescentes con más cantidad de acné también consumían más leche baja en grasas o descremada. La leche podría ser responsable de la aparición de acné en los adultos. Por lo tanto, el acné podría aparecer debido al consumo de leche descremada y/o baja en grasa. Esto puede deberse a la influencia de la leche en ciertas hormonas, incluida la insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina.
La leche de vaca tiene una mayor cantidad de lactosa que la leche de otros animales. Se estima que el 70% de la población mundial podría tener intolerancia a la lactosa. Esto no quiere decir que se haya de eliminar la ingestión de leche al 100%, se podría tomar en pequeñas cantidades.
Guisos
Es bien conocido popularmente que los platos típicos de abuelas son altamente calóricos por la cantidad de grasas que poseen. Como por ejemplo el guiso de lentejas. El cual podría ser rechazado por muchas bocas por tener muchas calorías y dificultar la pérdida de peso. A su vez, es uno de los platos más deseados en el invierno.
¿Qué podríamos cambiar en ellos para poder añadirlos a nuestra dieta y que nos hagan bien? La mejor idea sería realizar comidas menos copiosas con menos cantidades de grasa para que sea más fácilmente digestible. El truco sería reducir las sales y los aceites y optar por verduras cocinadas a la plancha sin necesidad de utilizar cantidad de ingredientes innecesarios para endulzar su sabor. Intentar sustituir la sartén por la plancha o por el herbido sería ya suficiente para poder conseguir nuestro objetivo.
Postres dulces
El tiramisú es uno de los postres más solicitados, este postre cremoso está en el lado decadente, gracias al azúcar de los pasteleros, la crema batida, el café exprés, los melindres, las yemas de huevo y el mascarpone, solo por nombrar algunos de los ingredientes que rápidamente hacen de este postre un alto contenido de calorías y azúcar.
Normalmente cuando vamos a un restaurante y pedimos un postre, es bastante probable que el tamaño del mismo sea bastante grande y además de eso contenga una elevada cantidad de sodio. Este postre podría tener desde 1200 kcl con 753 gr de grasas, 660 mg de sodio, 106 gr de carbohidratos y 62 gr de azúcares. Si comparas estos valores con los valores de una bolsa de pretzels, el postre ¡sigue siendo más alto en sales!
La mejor opción como postre sería una pequeña cucharada de sorbete para satisfacer esa necesidad de comer dulce después de comer. Si lo comparamos con uno de los dulces más solicitados mundialmente como podría ser el tiramisú el cual está compuesto por: azúcar, crema batida, café, melindres, yemas de huevo, mascarpone… no hay comparación en cantidad de ingredientes poco saludables.
Mantequilla
Los aceites ricos en ácidos grasos omega-6, como el aceite de soja, contribuyen a la inflamación crónica: un estado que causa problemas médicos que van desde el aumento de peso hasta la depresión. El aceite de palma es un tipo de aceita alto en grasas saturadas que aumentan los niveles de colesterol en la sangre. Cuando se consumen productos de untar parecidos a la mantequilla, también se está consumiendo mono y diglicéridos (grasas trans).
Un buen sustituto deberían ser productos más saludables que por lo contrario tengan grasas monoinsaturadas como por ejemplo el aceite de oliva o productos que sean altos en omega-3 insaturados como por ejemplo las semillas de chía, de lino o el pescado.
Antiguamente se utilizaba la mantequilla para elaborar alimentos que se llevarían en largas travesías para jornadas de trabajo. Hoy en día que nuestro modo de vida es más sedentario no necesitamos de alimentos que nos carguen de calorías y grasas para funcionar.
Vísceras
A todos nos encanta la carne a la parrilla, pero se ha de saber que cuando se cocina la carne algunos componentes que se encuentran intrínsecos en ella como la creatina, los azúcares y los aminoácidos desarrollan algo llamado aminas heterocíclicas esto estaría relacionado los HCA provocando un mayor riesgo de cáncer colorrectal, pancreático, de mama y/o de próstata.
Para evitar estos riesgos, es buena idea añadir condimentos a las carnes antes de asarlas, por ejemplo, antes de cocinar una hamburguesa a la parrilla añade romero (una especia rica en antioxidantes) que ayuda a la reducir la producción de HCA hasta un 90%. Otra forma de reducir riesgos sería bajar la temperatura del fuego u optar por carnes blancas cocinadas a la plancha o hervidas.
Existen carnes que te aportaran todos los nutrientes necesarios sin necesidad de ingerir cantidades ingentes de grasas saturadas ni otros ingredientes como sales y aceites presentes. Las visceras contienen grandes cantidades de hierro, pero en exceso puede resultar perjudicial ya que puede causar problemas cardiovasculares.
Sopa
Como veníamos diciendo en apartados anteriores, muchos fabricantes añaden a sus productos grasas no saludables e ingredientes artificiales y conservantes dañinos para la salud.
En las sopas precocinadas hay cantidades muy elevadas de azúcares y sales y además las verduras o carnes presentes a penas tienen nutrientes ya que han sido precocinados.
Estas comidas precocinadas son normalmente una opción rápida para cuando no se dispone de tiempo ni ganas de cocinar. A pesar de que puedan llegar a ser satisfactorias, a tu organismo no le hacen ningún bien pues están repletas de sal y azúcar además de químicos dañinos. Una mejor idea sería siempre preparar tu propia sopa con productos frescos y naturales.
Mermelada
Aunque la mermelada sea un alimento con grandes fuentes de fibra, no debería de ser primordial en tu dieta ya que está endulzado con edulcorante artificial, que según un estudio podría estar recalibrando la conexión entre la dulzura y las calorías en el cerebro. Se realizó un experimento donde los científicos vieron cómo los ratones consumieron un 30% más de calorías cuando les cambiaron de comer alimentos endulzados con sucralosa a los alimentos endulzados con azúcar.
El edulcorante también parece afectar al sueño y a la salud intestinal además de ser un gran agente responsable del aumento de peso.
Una buena opción para sustituir la mermelada podría ser añadir rodajas de fresas o plátanos a la preparación de tus platos. Obtendrás un sabor parecido sin necesidad de consumir edulcorantes artificiales.
Otra opción podría ser tomar fruta fresca o elaborar tus propias mermeladas endulzándolas con productos naturales como la estevia.
Galletas de arroz
Las galletas de arroz dietéticos fueron de los primeros alimentos en aparecer desde la concepción en la mentalidad de que debemos comer menos grasas y carbohidratos. Compramos estas galletas pensando que, si consumimos estos alimentos en vez de pan nos veremos mejor físicamente.
Estas galletas de arroz son básicamente carbohidratos refinados que se digieren rápidamente y se convierten en azúcares en nuestro organismo. Su índice glucémico es bastante alto, alcanzaría un 85% en comparación con un 105% del azúcar.
Por lo tanto, sería mejor evitar y controlar la ingesta de estos “sucedáneos” de bocadillos.
Encurtidos
No entendemos muy bien todavía por qué algunas marcas tienen la necesidad de teñir los pepinos de color amarillos en sus botes de encurtidos cuando todos sabemos que su color natural es el verde. Muchos de ellos también añaden a sus botes un emulsionante que se utiliza en helados dietéticos que se ha visto, ha provocado cáncer en ratones. Además de encontrar en muchos de estos tarros, benzoate de sodio que se ha demostrado, afecta y daña a las mitocondrias. Nuestra alternativa saludable sería tomar estos mismos encurtidos y lavarlos muy bien en agua para deshacerse de los excesos de sal y aditivos.
Edulcorantes
Muchos de los edulcorantes los podemos encontrar en las gomas de mascar, a pesar de que el chicle no se digiere, hay algunos ingredientes en ellos que sí, por ejemplo: los alcoholes de azúcar y los edulcorantes artificiales. Se ha demostrado que estos alcoholes producen hinchazón y problemas gastrointestinales. El sorbitol es de difícil digestión y cualquier alcohol depositado en el intestino delgado podría causar la fermentación de bacterias que causarían aún más hinchazón y flatulencias.
En cuanto a los edulcorantes utilizados en el chicle que se depositan en las encías, parece ser que activan sus receptores dulces y aceleran el hambre.
Nosotros recomendamos como alternativa al chicle, las semillas de girasol pues no solo son deliciosas sino que también son una buena fuente de vitamina E, que es el antioxidante liposoluble del cuerpo por excelencia.
Barritas de cereales
La granola siempre ha sido considerada como un alimento saludable, pero teniendo en cuenta todo lo que le añaden demás, este alimento no podría verse como “sano” por ningún lado.
La granola ha pasado a ser una combinación de azúcar, jarabe de maíz y sorbitol además de virutas de chocolate y avena, en los productos de muchos de los fabricantes de barritas de granola. Aún no entendemos como toda esta explosión de azúcares puede considerarse “sana” pues lejos está de aportar algo nutritivo y de reducir los valores de grasa en el cuerpo. Pero esto no acaba aquí puesto que en la granola también se puede encontrar el aceite de soja que ayuda a engordar y a transmitir potencial cancerígeno al cuerpo, lo cual debería de estar totalmente prohibido.
Si eres de paladar goloso intenta sustituir esta “nutritiva granola” por avena con nueves mixtas, miel, arroz y linaza…
Aceites vegetales refinados
Si tu intención es comer sano, opta siempre por cocinar tu propia comida. Ya se sabe que con las infinitas opciones que hay en los estantes de los supermercados es muy difícil saber qué productos elegir, por ejemplo: mantequilla vs. margarina; aceite de oliva virgen extra vs. aceites refinados… Se sabe que cuando se trata de transmitir niveles epidémicos de enfermedades cardíacas, los aceites responsables son los vegetales y no los animales. Una investigación mostró que el consumo de mantequilla en el cambio de siglo era de aproximadamente 18 libras por persona por año y el uso de aceites vegetales era inexistente. Entonces los problemas como el cáncer o las enfermedades cardíacas no eran tan frecuentes. Hoy en día el consumo de aceites vegetales y refinados se ha incrementado. El proceso de fabricación y refinación de este tipo de aceites, lleva ácidos grasos polinsaturados que no resisten bien las altas temperaturas. En el proceso de extracción de la semilla, estos aceites se oxidan y se convierten en grasas trans. El olor es tan desagradable que se debe realizar un proceso de limpieza con lejía para desodorizarlo. Y ya podréis imaginar lo poco recomendable que sería ingerir estos productos.
Proteína de soja y fermentados
La soja no tiene muy buena fama debido a sus fitoestrógenos, los cuales se unen a los receptores de estrógenos e imitan al estrógeno humano. El sentimiento anti-fitoestrógeno proviene de la siguiente situación: Un estudio de caso de un hombre que desarrolló ginecomastia (senos masculinos), testosterona baja y estrógeno muy alto debido a la cantidad consumida de soja en su dieta. Varios estudios en ratas muestran que los fitoestrógenos que provienen de la soja causan infertilidad en ratas macho y contribuyen al crecimiento del cáncer de mama en ratas hembras.
Reconocemos que esta información puede asustar. Sin embargo, hay que puntualizar que este hombre que desarrolló senos y perdió testosterona, estaba bebiendo tres cuartos de leche de soja al día. Los fitoestrógenos afectan a los receptores de estrógenos, pero los efectos son más leves de lo que se cree. A menos que estés viviendo a base de tofu, la soja muy difícilmente alterará tus niveles hormonales de estrógenos.
Dulces
¿Te ha pasado alguna vez que has pasado por al lado de una vela aromática y su olor te ha incitado casi a darles un mordisco? Pues ese material de las que están hechas las velas es lo que probablemente tiene añadido el helado que estás comiendo.
Estas virutas que encontramos en nuestros helados favoritos son básicamente azúcar, aceites hidrogenados, colores artificiales y cera… sí, cera.
Nuestra recomendación es que elabores tu propio helado y le añadas virutas naturales como por ejemplo almendras o semillas de cacao, que no solo harán que tu helado sea más agradable para tu paladar, sino que además estarás ingiriendo buena fibra y antioxidantes a tu caprichito.
Ya sabemos que las grasas pueden obstruir arterias y los azúcares en los dulces pueden llegar a ser adictivos y que esto no hace ningún bien a nuestra salud, pero por si fuera poco, también podría afectar el sueño y la concentración de los más pequeños. Hace unos años, los investigadores descubrieron que los colores artificiales, promueven el trastorno por déficit de atención en niños. De hecho, Noruega y Suecia ya han prohibido el uso de estos colores artificiales, y en el resto de la UE, los alimentos que contienen estos aditivos deben estar etiquetados con la frase: “Puede tener un efecto adverso sobre la actividad y la atención en los niños”.
Vinagre Balsámico
El vinagre balsámico es una solución que se crea a partir de uvas trituradas, piel, semillas y tallos. Como casi todos los vinagres es una opción relativamente sana ya que los valores de sodio o azúcares son bajos en el vinagre balsámico, pero como otros muchos alimentos, dependiendo de cómo se use podría llegar a no ser una opción no muy saludable. Además de ser bajo en sal y azúcares es una fuente amplia de antioxidantes. Sin embargo, hay algunas variedades que podrían contener altos niveles de azúcar así que sería mejor optar por otros aderezos más saludables como el jugo de limón, añadir algo de pimienta…Hay otras opciones de vinagres aún más sana que el balsámico, sería el vinagre de manzana, que daría un toque diferente y especial a tus ensaladas.
Helados
Muchos fabricantes de helados usan un aditivo llamado “polisorbato” que ayuda a dar al helado “light” una textura cremosa y duradera (además de adictiva). Esta sustancia es bastante perjudicial para la salud pues se ha relacionado con el emulsionante que provoca inflamación de bajo grado en el intestino. Lo cual no es buena señal. La realidad es que los helados que consumimos contienen leche, cantidades desorbitadas de azúcares, fruta disecada con azúcar, mantequilla en algunos casos para hacerlos más cremosos. Los cornetos, este helado tan popular está hecho con una galleta repleta de mantequilla y azúcar…
Nuestra recomendación es que si quieres refrescarte saboreando un rico helado la mejor manera sería optar por helados naturales de fruta sin azúcar añadido o sino crear tus propias cremas de helados, siendo cauteloso eligiendo ingredientes y cantidades.
Yoghurt
Estamos seguros de que todos eso modelos sonrientes en los anuncios de yogurt obviamente no han leído los ingredientes que llevan su snack. La mayoría de los yogures con sabor a frutas en el mercado apenas contienen verdadera fruta, están sobrecargados de azúcar que les hace tener ese sabor dulzón. Los tonos brillantes de los yogures que creías que provenían de las frutas frescas realmente vienen de un concentrado de jugo de frutas. Otro de los aditivos que han de observarse es el carragenano: un emulsionante hecho a base de plantas que, según los estudios, causa inflamación en las personas con problemas gastrointestinales.
El yogur no es un producto que tengas que evitar porque estés a dieta, pero sí tendrías que elegir cautelosamente el yogur que quieres ingerir dependiendo de los diferentes productos que te permitas tomar. El yogur natural sin azúcar está lleno de cultivos vivos que pueden beneficiar a las bacterias intestinales, estimulando su sistema inmunológico y potencialmente reduciendo futuros riesgos de enfermedades como la diabetes hasta riesgos psicológicos como la depresión. Si eres sensible o propenso a la hinchazón abdominal que los lácteos pueden causar, el yogur de leche de coco con cultivos vivos sería una muy buena opción como sustituto.
Productos Fast Food sin gluten
Una dieta libre de gluten es la única opción para los celíacos, quienes tienen una intolerancia severa al gluten. Hoy en día muchas personas a pesar de que no sean celíacos optan por una dieta sin gluten porque creen que es una opción más saludable. El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno y el triticale, una combinación de trigo y centeno. Ayuda a alimentos como cereales, pan y pasta a mantener su forma. Pero lo que muchos no saben es que evitar los alimentos que contienen gluten puede provocar deficiencias en nutrientes esenciales, como hierro, calcio, fibra, ácido fólico, tiamina, riboflavina y niacina. Los granos integrales, como el pan integral, contienen nutrientes importantes. Además, muchos productos que contienen gluten, como el arroz y los cereales para el desayuno, también están fortificados con vitaminas. Muchos productos sin gluten son bajos en fibra y este componente es esencial para nuestros procesos digestivos. Podemos encontrar fibra en diferentes cereales como las lentejas, frijoles, etc…
Salsa de soja
La salsa de soja es un ingrediente muy sabroso hecho de soja fermentada y trigo.Tiene su origen en China y se ha utilizado en la cocina durante más de 1,000 años.Hoy es uno de los productos más conocidos y consumidos a nivel mundial. Es un ingrediente básico en muchos países asiáticos y se usa mucho también en el resto del mundo. La forma en que se produce puede variar significativamente, causando cambios significativos en el sabor y la textura,y a su vez riesgos para la salud. La salsa de soja es alta en sodio, lo que se asocia con un mayor riesgo de hipertensión arterial. Sin embargo, es más bajo en sodio que la sal de mesa, y hay variedades reducidas en sodio disponibles. La salsa de soja se puede incluir como parte de una dieta saludable rica en alimentos integrales.
Surimi o Palitos de cangrejo
El cangrejo de imitación está hecho con un tipo de pez llamado surimi. Los fabricantes rellenan este producto con ese pez y además le añaden potenciadores de sabor y colorantes al surimi para imitar el sabor y textura del cangrejo. La carne de cangrejo de imitación es un ingrediente versátil que cuesta mucho menos que el producto real. La carne se puede usar en muchos platos y contiene ciertos nutrientes que son esenciales en una dieta saludable. Sin embargo, el cangrejo de imitación tiene inconvenientes nutricionales que disminuyen su valor nutricional general. El principal inconveniente nutricional de la carne de cangrejo de imitación es la cantidad de sal que contiene. El límite superior recomendado para la ingesta de sodio es de entre 1,600 y 2,500 miligramos por día. Su consumo podría inducir una enfermedad renal, accidentes cerebrovasculares y presión arterial alta (que son los resultados más comunes cuando se abusa del consumo de sales). Una porción de 4 onzas de carne de cangrejo de imitación contiene 717 mg de sodio.
Coco
Los cocos son el fruto que crecen en algunas palmeras que se encuentran en climas tropicales. Sus cáscaras marrones y fibrosas ocultan el alimento que llevan en el interior. Recientemente el aceite y la leche que provienen de esta fruta se han vuelto cada vez más populares y más consumidas por sociedades de todo el mundo. Para quienes se pregunten qué propiedades beneficiosas posee esta fruta, debería de saber que es particularmente alta en calorías, grasas saturadas y fibra. También contiene una variedad de minerales, como manganeso, cobre, selenio, fósforo, potasio y hierro. Los cocos son ricos en grasas saturadas, una grasa que puede ser dañina si se consume en grandes cantidades. Muchas personas ya utilizan el aceite de coco en todas sus comidas pero se debería de ser un poco cauteloso porque el aceite de coco tiene más calorías que el aceite de oliva y algunas personas pueden resultar alérgicas a este producto así que recomendamos utilizar este aceite para recursos estéticos (como para hidratar tu pelo o tu piel) más que como comestible. Otra alternativa sería sustituir el aceite de coco por la leche de coco para enriquecer tus platos pero eso sí, siendo prudente con las cantidades vertidas.
Frutas secas
Los sulfitos, que se usan para mantener frescos los alimentos preparados, a menudo se usan también para conservar las frutas secas. Los asmáticos tienen un riesgo elevado de sufrir una reacción alérgica a los sulfitos (aunque la anafilaxia y las reacciones potencialmente mortales son raras), donde ocurriría una inflamación de la garganta, urticaria y/o migrañas, según un estudio. También se debe de tener cuidado con las frutas secas que tienen azúcares añadidos, ya que estos frutos han sido deshidratados y tienen una mayor concentración de azúcar y esto sumado a la cantidad de glucosa que ellos mismos llevan, despunta los niveles de azúcar que podrían depositarse en nuestra sangre al consumir estos productos. Además, muchos de estas frutas están cubiertos de aceites vegetales inflamatorios, que suman calorías y grasas adicionales innecesarias a un refrigerio relativamente saludable. Es mejor optar por fruta fresca o frutos secos naturales, son igualmente ricos y sobretodo mucho más nutritivos.
Avena con sabor
Si compras en el súper crema de avena con sabor a durazno, consumirás grasas que obstruyen las arterias debido al uso de aceite de soja hidrogenado. Creemos que sería una mejor alternativa a los aditivos brutos como los sólidos de jarabe de maíz y el sabor artificial de durazno, hacer tu propia avena y mojarla con leche.
La avena que es un alimento inocente y rico en nutrientes ha sido corrompido puesto que muchos fabricantes han comenzado a comercializar derivados de avena añadiendo mucha azúcar en forma de consumo instantáneo, en tazas.
Al crear raciones más grandes los fabricantes añaden otros ingredientes que lejos están de ser saludables para atraer a los consumidores de avena. Pueden agregar hasta 21 gramos de las cosas dulces en sus tazas de canela y manzana (como hemos visto en muchas marcas). Eso es más del 50% de su consumo recomendado de azúcares agregados durante todo el día (y la avena se suele consumir durante el desayuno). Nuestra recomendación es comenzar la mañana de una manera saludable evitando estos productos y usando solo avena “neutra” sin aditivos. Esto no solo te ayudara a reducir calorías innecesarias, sino que además podrás añadirles tus propios toppings para comerla a tu gusto ¡y disfrutar de tu desayuno rico en nutrientes!
Productos Ahumados
A muchos les gustan los sabores ahumados en la carne. Sin embargo, el humo detrás de este sabor tiene sus propios riesgos para la salud, y comer carne ahumada en exceso puede causar efectos colaterales en tu salud. Se pueden evitar estos riesgos simplemente, reduciendo la cantidad de carne ahumada que se consume. Las carnes ahumadas se asocian con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer debido a la presencia de sustancias como los carcinógenos. Por ejemplo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos como los benzopirenos del humo de madera son tóxicos. Además, las nitrosaminas, qué son los subproductos comunes de los agentes de curado como los nitritos y nitratos, también son cancerígenos. Según el Instituto Nacional del Cáncer, los hidrocarburos aromáticos policíclicos y las aminas heterocíclicas se forman cuando la carne se cocina a altas temperaturas, como sucede al fumar a fuego abierto o al asar a la parrilla. Es por ello, que es mejor elegir carnes y pescados sin ahumar, y prepararlos a la plancha o al horno con aderezos. Que son igual de apetecibles y sabrosos.
Congelados
Algo sospechoso está ocurriendo en el pasillo de los alimentos congelados. Para “ayudar” a mantener a los peces de baja calidad a retener la humedad y disminuir la cantidad de agua expulsada durante la descongelación, los fabricantes sumergen el pescado en un baño de tripolifosfato de sodio, como lo hacen en los filetes maltratados es una presunta neurotoxina y pesticida registrada que es generalmente reconocida como “segura” o no perjudicial. Pero al parecer no sería necesario el uso de este componente que por lo contrario de lo que se dice, sí podría ser potencialmente peligroso. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas los polifosfatos, no son un ingrediente esencial de los productos pesqueros congelados.
Otros efectos secundarios negativos incluyen aumentar significativamente los niveles de sodio en los alimentos, lo que puede contrarrestar los innumerables beneficios positivos para la salud cardíaca de consumir pescado en primer lugar, así como aumentar la ingesta de fosfatos en la dieta, que son relacionado con un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en pacientes con enfermedad renal crónica o problemas cardíacos previos. Es mejor optar por ingredientes frescos y naturales u optar por congelar lo que no quieras consumir en el mismo día en tu hogar.
Productos light
Los productos bajos en calorías están en su máximo apogeo: embutidos, leche, queso, barras de granola, refrescos, bocadillos… De todos estos alimentos podemos encontrar versiones “ligeras” o “light”. Recurrimos a productos “ligeros” porque queremos comer sano y esperamos que nos ayuden a bajar de peso y de esta manera, automáticamente asociamos palabras como “ligero” o “bajo en grasa” con “salud”. Pero, ¿estos productos están cumpliendo realmente con lo que ofrecen?
Antes de que podamos sentirnos engañados, creemos que siempre es mejor mirar atentamente la etiqueta con la descripción de los valores nutricionales (calorías por porción) a la hora de comprar alimentos. Recomendamos comparar las calorías por porción de diferentes marcas para poder elegir la mejor opción de manera inteligente. Un producto estándar a menudo contiene menos calorías que un producto “ligero” (que pertenezcan al mismo grupo). Pero eso no quiere decir que la opción “ligera” contenga menos grasas, la cual es un portador de sabor importante porque absorbe y conserva los sabores. Las sustancias como el glutamato, la glicina, los cloruros, los lactatos, el extracto de levadura o los sabores a menudo se usan para compensar la falta de sabor de los productos bajos en grasa. Muchas de estas sustancias pueden causar dolores de cabeza, diarrea, poliuria o incluso reacciones alérgicas… Así que como apuntábamos más arriba ¡lee las etiquetas!